Algo con uso común es lo que nos está empujando hacia las complicaciones médicas y las enfermedades crónicas. Y mientras más común se hace la frecuencia del padecimiento más necesitamos buscar en las rutinas y cosas que hacemos a diario. Anteriormente en mis historias de Instagram compartí un poco sobre mi profesión y el hecho de ser Terapeuta Holística. Muchos conocen el holismo como una práctica de sanación espiritual pero el holismo no es mas que el tratamiento de Un Todo. Viene del griego “holos” que indica “todo” o “entero” y alguien que se encargue de tratar al ser humano como Un Todo necesita mirar en sus hábitos y costumbres porque allí radica el bien o el mal de su funcionamiento.

Con esa introducción te hablo sobre la necesidad de tratar a cada individuo y su Todo (rutinas, nutrición, estilo de vida, pensamientos, etc). Y qué tiene esto que ver con el uso del enjuague bucal, la diabetes y la hipertensión? Pues que si seguimos viendo estos padecimiento sin mirar el todo seguiremos fallando en su tratamiento.

Recientemente una asesorada me reportaba que debió volver a su pastilla para tratar la presión arterial. Su presión fluctuaba luego de estar estable por varias semanas sin pastilla y siguiendo un estilo de vida que reguló la misma (Keto y ejercicio). Pero su ortodoncista le indicó un enjuague bucal ya que había dado seguimiento a sus braces y para los mismos le sugirió incorporar dicha rutina oral. La asesorada no me había informado de esto. Mientras yo, le trataba de encontrar la causa de su hipertensión debido a la falta de sueño o una posible indisposición de respirar por la nariz. Nada tuvo sentido hasta que me avisó del uso del enjuague bucal.

Nuestra boca, al igual que nuestro sistema digestivo, nuestra piel, nariz, etc carga consigo una colmena valiosísima de bacterias que viven en perfecta simbiosis dentro de las mismas. Estas bacterias son parte de nuestra microbioma o flora bacteriana que muchos piensa que solo son parte de nuestra vagina o intestino. Estas bacterias son habitantes que crean un ambiente perfecto. Organismos bondadosos que son parte de nuestro sistema inmune y de procesos valiosos bioquímicos. Las bacterias de nuestra boca en particular, crean un gran porcentaje de óxido nítrico, componente vasodilatador que interviene en la regulación de nuestra presión arterial, nuestra sensibilidad a ciertos procesos metabólicos, recomposición muscular, entre otras funciones.

Si creamos un ambiente estéril en nuestra boca donde, los microorganismos no puedan hacer su labor o peor aún no puedan coexistir en el balance adecuado nuestro cuerpo deberá de intentar balancear esta deficiencia (homoestasis) pero la misma no será congruente y será incompleta. Estas incongruencias causan diversas fallas en los procesos causando así una mala asimilación de diversos factores, tales como creaciones de enzimas y otros factores bioquímicos.

Estos estudios, a continuación vinculan el uso del enjuague bucal con al menos una enfermedad crónica común.

Un 12% de los usuarios de enjuague bucal dos veces al día desarrollo mayor riesgo de sufrir hipertensión en comparación con quienes no usaron.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7125030/

Usuarios frecuentes de enjuague bucal podrían desarrollar prediabetes o diabetes en mayor incidencia

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28939409/

Enjuague antiséptico oral bloque nitrato y causa hipertensión en pacientes bajo tratamiento

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25359409/

Dichos estudios son solo una muestra y se encuentra disponibles en los links compartidos para fines de verificación de los datos compartidos y su origen.

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Entonces, qué hago con mi higiene oral? Es la pregunta que surge ahora. Una pregunta que no es muy fácil de contestar pero que se trata de satisfacer siguiendo la regla de “lo natural”. Lo natural nivel uno es atroz. Vivir sin higiene oral ya ha sido muy tachado por los principales profesionales de la salud. Muchas enfermedades dentales también causan este desbalance microbiano oral y pueden ser causantes de problemas cardiovasculares peores. La caries no solamente afecta nuestros dientes, también afectan nuestra salud mental y cardiovascular. Así que la higiene oral continúa siendo de vital importancia, pero acudiendo a “lo natural” nivel dos como lo llamaríamos.

Lo natural nivel dos sería el usos de cremas dentales y opciones de enjuague bucal menos “abrasivos” para nuestros valiosos microorganismos. Hasta ahora el aceite de coco ha demostrado ser una de las mejores opciones para higienizar nuestra boca sin desbalancear el hábitat de los microbios buenos, pero llevándose los malos. El componente presente en el aceite de coco como el ácido láurico es un potente bactericida natural que sirve como tratamiento para diversas infecciones y nos puede servir como enjuague bucal previo al cepillado.

Adicional a esto las pastas dentales a base de carbón o xilitol o arcilla bentonita prometen ser opciones amigables para nuestra salud oral. Estos ayudan a fortalecer nuestra dentadura al mismo tiempo de eliminar residuos en los mismos.

Seguir una alimentación cetogénica es la principal prescripción para una dentadura sana, ya que elimina la necesidad de dulces. Disminuye antojos de dulces. Además de ser la mejor dieta para evitar la caries ya que provee niveles óptimos de minerales como el calcio, fósforo y magnesio que fortalecen nuestra dentadura. Al mismo que elimina el azúcar, que ya sabemos es la principal causa de la caries. La selección de carbohidratos de la dieta cetogénica ayuda a que la placa bacteriana no se forme o se forme mas lenta, ya que los ingredientes no causan estas formaciones a nivel dental.

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